jueves, 28 de marzo de 2013

Las ferias de Xalapa en el siglo XVIII

A principios del siglo XVIII la monarquía española decidió –con el propósito de proteger sus intereses comerciales- reactivar las ferias que se realizaban en sus dominios ultramarinos. En la Nueva España la designación para realizar la feria de la flota, procedente de Cádiz, recayó en el pueblo de Xalapa.

 

LA DEBILIDAD DEL COMERCIO ESPAÑOL


Como sabemos, el comercio de la metrópoli española con sus colonias americanas se realizaba, tradicionalmente, bajo el sistema de flotas. Primero desde Sevilla y luego desde Cádiz, los comerciantes españoles enviaban periódicamente una flota hacia las Indias. Un grupo de estos barcos arribaba al puerto de Veracruz y desde ahí las mercancías eran transportadas a la ciudad de México para su comercialización.

A comienzos del siglo XVIII este sistema monopólico de comercio estaba amenazado seriamente por el comercio ilegal y por la autorización que la corona había dado para que barcos franceses e ingleses llegaran a Veracruz. En particular, a la Nueva España, llegaba cada año un buque inglés –llamado el "navío de permiso"- con esclavos negros y productos europeos.

Con el fin de contrarrestar la creciente presencia del comercio extranjero, la corona trató de incentivar el comercio español mediante la reactivación de las ferias.



LA FERIA DE XALAPA

En 1718, el rey Felipe V ordenó que la feria de la flota se realizara en el pueblo de Xalapa, a unas veinte leguas del puerto de Veracruz, y que ahí se negociaran los productos provenientes de España.

Aunque por esa época Xalapa era apenas un pequeño poblado, gracias a sus condiciones climatológicas y a su cercanía con el puerto de Veracruz, ya era notoria la presencia de comerciantes, estancieros y propietarios de recuas y carretas. También había mesones y almacenes, por lo que se disponía de una incipiente estructura para la realización de la feria.

La primera feria, realizada en 1721, no tuvo el éxito esperado debido a las desavenencias entre los comerciantes de la flota y los del consulado de México, por lo que un año después el rey determinó que al arribar la siguiente flota los comerciantes peninsulares podían vender sus productos en el lugar que mejor les conviniera.
 
Debido a los conflictos entre los grupos de comerciantes españoles y novohispanos hubo más cambios, en 1725 se ordenó que la feria se realizara en Orizaba, finalmente, el monarca español determinó que el lugar definitivo para realizar la feria sería Xalapa.
 
Gracias a esta medida se construyeron las casas reales para la guarda de los efectos comerciales, la Casa del Rey y la Plaza del Rey. De ser un pequeño pueblo, Xalapa se convirtió en una importante villa con las instalaciones suficientes para almacenar mercancías y albergar visitantes y arrieros, que llegaban en buen número. 

Durante el periodo que duraba la feria –de tres a seis meses- Xalapa se convertía en una ciudad-mercado, se arreglaban calles y edificios públicos, se tomaba un aspecto de carnaval con fiestas, recepciones y tedeums.

Entre los productos europeos más demandados por la población novohispana se pueden mencionar los artículos de ferretería, papel, textiles y los caldos, como llamaban a los vinos y aguardientes. De la Nueva España se exportaba oro, plata, vainilla, cacao, azúcar, grana y purga de Xalapa principalmente.

En total fueron 14 ferias que se realizaron en el lapso de 1720 a 1776, de las cuales doce se realizaron en Xalapa. La feria se interrumpió entre 1737 y 1748, debido a que España enfrentaba conflictos bélicos con Inglaterra e Italia.

Las Reformas Borbónicas, expedidas en 1765, afectaron el desarrollo de la feria, pues eliminaban el monopolio comercial y se viraba hacia el libre comercio. La última feria de Xalapa se realizó en 1776.

No obstante el fin del auge mercantil de Xalapa, en la población se había establecido ya un cierto poder regional. Por decreto del rey, el pueblo alcanzó la categoría de villa en el año de 1791.



Referencias bibliográficas:
Juárez, Abel. Veracruz y el nuevo orden económico, 1720/1820. Colección Atarazanas, IVEC, Veracruz, 2005.
Del Valle Pavón, Guillermina."La lucha por el control de los precios entre los consulados de México y Andalucía". Revista Complutense de Historia de América, vol. 32, 2006, Madrid, pp 41-62.