lunes, 30 de mayo de 2011

La guerra de Texas

Después de conseguir su independencia de España la realidad de México contrastaba con las grandes expectativas que se habían creado. México era un país débil, sin una noción clara de su nacionalidad, que deambulaba por una ruta que lo conduciría al abismo.
Los gobiernos no eran capaces, ni siquiera, de sostenerse ellos mismos y ante la debilidad política y económica del país las potencias internacionales vislumbraban la oportunidad de obtener algún provecho.


                             La batalla de El Álamo
                            (http://www.chihuahuapost.com/)

El caso de Texas
Los Estados Unidos habían puesto sus ojos en Texas aun antes de la independencia de México y desde 1830, aproximadamente, Lucas Alamán había advertido sobre las pretensiones norteamericanas.
Hacia 1835 la situación de Texas se había complicado demasiado para el gobierno mexicano. Después de una política de inmigración, totalmente errada, que permitía la colonización con inmigrantes de Estados Unidos, la llegada de Sam Houston -ex gobernador de Tennessee- contribuyó a crear un ambiente de agitación en Texas.
En los Estados Unidos se formaron clubes para reclutar voluntarios y comprar armas para apoyar a Texas en su "lucha por la libertad". En tanto, en México se tardaban demasiado en tomar medidas precautorias.
La campaña militar de Santa Anna
Las noticias de una inminente insurrección obligaron al presidente Antonio López de Santa Anna a preparar una expedición hacia Texas. En noviembre de 1835 el presidente salió hacia San Luis en donde preparó un ejército.
Sin recursos, haciendo préstamos que comprometían aún más al gobierno, Santa Anna logró formar una fuerza de seis mil elementos, la mayoría inexpertos en la guerra, y emprendió una larga travesía para llegar a Texas.
Para el 26 de febrero Santa Anna entra en San Antonio Béjar, los colonos texanos, que no son sino voluntarios estadounidenses, se refugian en el fuerte de El Álamo. Días después, el 6 de marzo, son sometidos a sangre y fuego por las tropas mexicanas.
Días antes, el 2 de marzo, los texanos habían declarado su independencia, basados en que la nación mexicana había cambiado del federalismo al centralismo.  
Santa Anna dividió su ejército en tres columnas para limpiar Texas de los invasores norteamericanos. Todo iba bien, hasta que el 21 de abril, cerca del Río San Jacinto, Santa Anna es sorprendido, por el enemigo, durmiendo la siesta y sus tropas fueron masacradas por las fuerzas rebeldes de Sam Houston.
Esta acción cambió el curso de los acontecimientos, el general presidente fue hecho prisionero y más de una vez estuvo a punto de morir a manos de las turbas texanas que lo odiaban, pero Austin y Houston sabían que podían sacar más provecho de él manteniéndolo con vida.
Prisionero, escribió una carta al presidente norteamericano, Jackson, solicitando su mediación en la cuestión texana. En enero de 1837 fue trasladado a Washington donde consigue entrevistarse con el presidente. Poco después arriba a Veracruz en una embarcación que le facilitó el gobierno de Estados Unidos.
Las consecuencias
No se sabe aún con exactitud lo que Santa Anna pactó o prometió a los texanos y al presidente Jackson para conseguir su libertad. Aunque no tenía facultades para firmar ningún tratado, se cree que, al menos, se comprometió a no hacer nada para recuperar Texas.
Aunque México no aceptó la independencia de Texas, ya no fue posible recuperarla. En 1847 el país se vería envuelto en una guerra con Estados Unidos en la que, además de reconocer la independencia texana, se perdieron más territorios.

jueves, 19 de mayo de 2011

El movimiento de independencia

El movimiento armado que daría como resultado el surgimiento de México como entidad política fue un proceso que tuvo varias fases. Inició con el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, y concluyó el 27 de septiembre de 1821 con la entrada de Agustín de Iturbide y el ejército trigarante a la ciudad de México.

Hidalgo y la revolución popular

Al ser descubierta la conspiración de Querétaro, los criollos que la dirigen -entre ellos Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende e Ignacio Aldama- toman la arriesgada decisión de recurrir al pueblo para producir un levantamiento armado. La mañana del 16 de septiembre, en la parroquia del pueblo de Dolores, el cura Hidalgo incita a pronunciarse contra el poder colonial. A partir de entonces, la masa -el populacho- asume un papel determinante en esta etapa.

Hidalgo -convertido en líder del movimiento independentista- al frente de un ejército improvisado comienza a tener un éxito repentino. Sin embargo, la falta de planes de acción definidos, la mala organización y la nula cohesión entre los grupos insurrectos que fueron surgiendo propiciaron la derrota posterior. Además, el apoyo que dio el pueblo fue un obstáculo para que las clases pudientes, y descontentas con el régimen, respaldaran a Hidalgo.

En el corto periodo de seis meses, más o menos, Hidalgo y los principales insurgentes cayeron  prisioneros y fueron ejecutados. Aunque la insurgencia fue derrotada, quedó de manifiesto el descontento existente contra la autoridad virreinal. También quedó claro que los criollos no estaban de acuerdo en la participación desorganizada de las grandes masas que había congregado el cura Hidalgo.

El Congreso de Chilpancingo

Luego de la muerte de los primeros insurgentes el liderazgo del movimiento recayó en Ignacio López Rayón, quien trató de cohesionar el movimiento independentista. Se hizo de una imprenta para darle difusión a las ideas separatistas y creó, en Zitácuaro, la Suprema Junta Nacional Americana el 19 de agosto de 1811.

Mientras tanto, los triunfos militares de José María Morelos y Pavón le dieron una mayor extensión al territorio de los rebeldes, por lo que convocó a la creación de un congreso. Para el año de 1813 se instaló, en Chilpancingo, el Supremo Congreso Nacional Americano, estando representadas las regiones controladas por la insurgencia.

Uno de los hechos más trascendentales de este congreso fue la proclamación, el 6 de noviembre de 1813, de la independencia de la Nueva España.

La derrota de Morelos

Los triunfos de Morelos se verían truncados muy pronto, los conflictos surgidos al interior del congreso, entre militares y civiles, le restaron eficacia a sus operaciones militares. Después de perder a dos de sus mejores lugartenientes -Matamoros y Galeana- Morelos fue capturado, y fusilado, a finales del año de 1815.

En España, el rey Fernando VII recuperó la corona y disolvió el sistema constitucional, por lo que los virreyes recuperaron su campo de acción y llevaron a cabo una contraofensiva que terminaría por imponerse de nueva cuenta a los insurgentes.

Como consecuencia, el Congreso de Chilpancingo fue perdiendo fuerza política y en el aspecto militar el movimiento se fue transformando en varias guerrillas y ni la llegada de Javier Mina pudo revitalizar la insurgencia.

El Plan de Iguala

El movimiento independentista en México estuvo muy debilitado hasta que, nuevamente, las circunstancias externas afectaron, de manera positiva, el desarrollo de los acontecimientos.

En 1820 ocurrió en España una rebelión liberal que obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz. Las medidas anticlericales tomadas en la península hicieron ver al clero novohispano la conveniencia de apoyar una posible separación de la corona española. Este descontento se sumó al de los terratenientes y al de los militares -criollos-, sectores que habían sido afectados en sus intereses con anterioridad.

Agustín de Iturbide, un militar descontento con el régimen, aprovechó su nombramiento para combatir a Vicente Guerrero y unificó a la milicia criolla en un proyecto separatista proclamando el Plan de Iguala. 

Pronto se adhirieron al plan sectores del clero y terratenientes afectados por las medidas económicas de la monarquía. Vicente Guerrero, el principal caudillo insurgente vio la oportunidad de consumar la independencia y aceptó el Plan de Iguala.

Los Tratados de Córdoba

Unidos por vez primera los sectores pudientes descontentos y las fuerzas insurgentes, Iturbide conquistó -en poco tiempo- las principales ciudades novohispanas. El 3 de agosto arribó a Veracruz Juan de O'Donojú, nombrado jefe político por las cortes españolas y al percatarse de la magnitud del movimiento separatista decidió entrar en negociaciones con Iturbide.

En la ciudad de Córdoba se firmó el tratado por el que se aceptaba la independencia, pero quedando a salvo los derechos de la casa reinante española. También se firmó un armisticio para que las tropas peninsulares residentes en Nueva España pudieran salir hacia Europa.

Al frente del ejército trigarante -religión, unión, independencia-, Agustín de Iturbide entró a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821. Después de once años de lucha, el movimiento de independencia había triunfado, pero quienes lograron la hazaña no fueron sus iniciadores, sino aquellos que en un principio la combatieron.

sábado, 7 de mayo de 2011

Acerca de la palabra "naco"

Uso de la palabra "naco"

"Naco" es una palabra de uso muy extendido en México. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE) significa indio o indígena, lo cual no es exacto.

Para los mexicanos, el término contiene una fuerte carga discriminatoria, por lo regular se usa en el ambiente urbano para referirse a personas que pueden tener una o varias de las siguientes características:

  • rasgos indígenas
  • bajo nivel educativo
  • mal gusto en el atuendo personal
  • preferencias musicales propias del vulgo 
  • falta de roce social 
  • no tener dinero 
  • carecer de cultura, etc.



Origen de la palabra

De las varias teorías sobre el origen de la palabra, creemos que la más viable es la que expresa Carlos Monsiváis en su "Estética de la naquiza", artículo publicado en 1976 y reproducido por la Revista Nexos en octubre de 2010. Nos dice Monsiváis:

"A finales de los cincuenta y a principios de los sesenta se desentierra en la ciudad de México una ofensa quintaesenciada, "naco", voz aplicada con insolencia creciente. Los nacos, aféresis de totonacos, la sangre y la apariencia indígenas sin posibilidades de ocultamiento".

Relación de "naco" con totonaca

Totonaca es el habitante de la región del Totonacapan, que comprende parte de los estados de Puebla y Veracruz. Según la versión más extendida, totonaca -en la propia lengua- significa "Tres corazones", haciendo alusión a las tres principales ciudades totonacas a través del tiempo.

Los totonacas han habitado el Totonacapan desde hace mucho tiempo. Históricamente su ciudad principal es el Tajín -hoy una zona arqueológica-, cuyo esplendor se sitúa en el periodo de 700 d. C. a 1000 d. C. Otra ciudad importante fue Cempoala, que se convirtió en la primera aliada de Hernán Cortés cuando éste emprendió la conquista del imperio mexica en 1519. La población totonaca más conocida en estos días es Papantla, ubicaba en el norte del estado de Veracruz.

Por lo tanto, aparte de derivar una palabra de la otra, no existe ninguna relación en el significado de ambas. Además, actualmente, a ningún indígena se le llama "naco".

Aunque Monsiváis no lo menciona, "naco" pudo surgir en la ciudad de México por la siguiente razón:

Hace muchos años era común ver en la capital del país, y en otras ciudades cercanas a la región del Totonacapan, a indígenas totonacas vendiendo los productos de su tierra, en especial la vainilla. Llegaban a las ciudades con su atuendo típico: sombrero, camisa blanca, una especie de pantalón blanco abotinado, hasta los tobillos, y botines negros, todo impecablemente limpio.



                         Totonacas
                         www.veracruzanosinfo.com/Yahoo



Es natural pensar que, por su apariencia y su indumentaria, los totonacas se hayan distinguido entre los citadinos. Si pensamos que en la época que menciona Monsiváis llegaban a la capital oleadas de inmigrantes del medio rural en busca de mejores condiciones de vida, es posible que los totonacas hayan sido la fuente de inspiración de algún connotado y cultivado "ciudadano urbano" para dar nombre a las personas -con hábitos y costumbres diferentes- que llegaban a "afear" la capital del país.

En realidad, dentro de la larga, y poco estudiada, historia de la discriminación en México, "naco" -o "naquiza"- es uno más de los términos usados para referirse despectivamente a las grandes masas de población que habitan en las grandes ciudades y que no tienen un buen trabajo o cierto nivel educativo o cultural. A este mismo tipo de habitantes antes se les llamó "pelados" -el peladaje- y, en tiempos más lejanos, "leperos".