La Revolución como hecho histórico o como ideología
La Revolución Mexicana es un acontecimiento trascendental -como lo son la conquista de Tenochtitlán, por Hernán Cortés, o la guerra de Independencia- en la historia de México. Su importancia es de tal magnitud que también cumple funciones ideológicas. De hecho, Héctor Aguilar Camín la llama "la mayor hazaña ideológica de la historia de México".
Por lo tanto, conviene estar consciente de esta situación y saber separar el estudio de la Revolución -como un hecho histórico- de la función ideológica que ha cumplido a través del tiempo. En todo caso, la carga ideológica del movimiento puede ser también objeto de estudio.
La Bola
Cuando se inicia el estudio de la Revolución Mexicana es común que se nos presente como un fenómeno sin pies ni cabeza. Es preciso recordar que cuando ocurría el movimiento un gran sector de la sociedad no alcanzaba a comprender los motivos por los que luchaba cada facción en particular.
Había mucha gente que se sumaba al movimiento sin tener una idea clara de lo que éste significaba. La Revolución se convirtió en la Bola, que equivale a decir que era algo indefinido o confuso. Era un torbellino que arrasaba con el antiguo orden y que ponía uno nuevo de inmediato. Por lo mismo, muchos participaban para obtener beneficios personales.
Las etapas de la Revolución
La Revolución tiene una fecha de inicio -el 20 de noviembre de 1910- anunciada por Francisco I. Madero. Sin embargo, no tiene una fecha de terminación. No sólo comprende la fase armada, sino que va más allá, incluye varios periodos presidenciales en los que -se supone- se realizaron los cambios y las reformas que se obtuvieron con el triunfo del movimiento.
Para simplificar su estudio se recomienda esta división:
- Fase armada, de 1910 hasta la Constitución de 1917.
- Fase de los caudillos, los periodos de Carranza, Obregón y Calles. El país debe ser pacificado, se deben controlar las facciones que aún están en pie de lucha.
- Fase constructiva, inicia con el periodo de Lázaro Cárdenas y se extiende por un tiempo no muy preciso.
Son varias revoluciones
La Revolución Mexicana no es un conjunto unitario, no es una sola guerra o una sola revolución. Al contrario, en el movimiento encontramos varias revoluciones: la de Madero, la de Zapata, la de Villa, la de Carranza, etc.
La existencia de varias revoluciones nos lleva a la aceptación de que podían existir varios caudillos y que cada uno representaba una facción diferente que podía establecer alianzas con otra facción y luego, de ser necesario, romper -y pelear- con ella.
La revolución es un producto nacional
Es decir, fue hecha por mexicanos, de ahí su valor ideológico. También por eso, cuando los acontecimientos se salgan de toda lógica debemos recordar que la hicieron mexicanos que piensan como mexicanos.