Se conoce con este nombre a un conflicto militar ocurrido en la ciudad de México –entre los días 9 y 19 de febrero de 1913- que tuvo como consecuencia el derrocamiento del presidente Francisco I. Madero.
Las causas de la caída de Madero provienen de su distanciamiento con aquellos que lo apoyaron -como Pascual Orozco y Emiliano Zapata, entre otros-, en las rebeliones surgidas durante su gobierno y en la franca campaña que el embajador norteamericano, Henry Lane Wilson, había levantado en su contra.
Los acontecimientos de La Decena Trágica
El 9 de febrero, ciertos conspiradores del ejército se sublevan contra el presidente y liberan a dos presos célebres, Félix Díaz y Bernardo Reyes, antiguos porfiristas. Reyes muere en la refriega y los sublevados, al mando de Félix Díaz, se refugian en la Ciudadela, que se ubicaba en la actual calle de Balderas.
Antes de llegar a Palacio Nacional el presidente Madero designa a Victoriano Huerta comandante militar de la plaza, quien al parecer desde el principio estaba coligado con los sublevados. En los combates del día murieron más de cuatrocientas personas, muchas de ellas eran civiles.
Para el día 10 de febrero un agente de Huerta se entrevistó con Félix Díaz en el restaurante El Globo y al día siguiente los dos comandantes "rivales" se entrevistaron directamente en una casa de la colonia Juárez.
El 11 de febrero el embajador Wilson visitó al presidente de la República, le expresó sus simpatías por Félix Díaz y lo amenazó con la intervención militar.
El día 12 los alzados abren una brecha en la cárcel de Belén y los presos se les unen, por la noche la ciudad es privada del servicio de energía eléctrica. La táctica de Huerta era causar el menor daño a las fuerzas de Félix Díaz y, en cambio, sembrar el pánico entre la población.
El día 14 Wilson prosigue sus amenazas y dice al ministro de Relaciones Exteriores que una fuerza de cuatro mil soldados entrarán a México para restablecer el orden y para obligar al presidente a dejar el poder.
El 17 de febrero concluyen las negociaciones entre Félix Díaz y Huerta en la embajada de los Estados Unidos.
El día 18 fue crucial, Huerta defecciona abiertamente y designa al general Aureliano Blanquet para que tome el Palacio Nacional. A la una y media de la tarde un escuadrón aprehende al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez.
El día 19 por la tarde se echan a vuelo las campanas de la catedral y se afirma que ha cesado la lucha. Madero, que es obligado a presentar su renuncia, solicita garantías para salir del país.
Asesinato de Madero y Pino Suárez
Con esto concluye el episodio de la Decena Trágica. En los días subsiguientes se decide la suerte de Madero. Se dice que Huerta preguntó a Wilson qué hacer con el presidente, si fusilarlo o enviarlo a un manicomio, a lo que Wilson contestó que hiciera lo qué mejor considerara para el país.
En la noche del 22 al 23 de febrero Madero y Pino Suárez son trasladados a la penitenciaría, en el trayecto los asesinaron en una ataque simulado.