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sábado, 25 de diciembre de 2010

Maximiliano es nombrado emperador de México

Aunque en el México independiente, de mediados de siglo XIX, no existía un partido monarquista, cierto sector del partido conservador tenía la idea de que la mejor opción para la nación mexicana, atribulada por múltiples problemas, era la imposición de un gobierno monárquico.

Los intentos por establecer una monarquía en México databan desde 1840, cuando José María Gutiérrez de Estrada hizo la propuesta al entonces presidente Anastasio Bustamante. Ante el rechazo de su iniciativa Estrada se exilió en Europa sin cesar en el empeño de implantar esta forma de gobierno en México. Hacia 1858, Francia e Inglaterra ya se habían ocupado del asunto, sus intenciones eran consolidar un gobierno fuerte, en México, que fuera capaz de detener las ambiciones expansionistas de los Estados Unidos.



                                    El Archiduque Maximiliano de Habsburgo


El ofrecimiento de la corona de México a Maximiliano de Habsburgo

El primer candidato al que se le ofreció la corona fue el duque de Aumale, pero éste la rechazó, luego, cuando las fuerzas de Francia, España e Inglaterra se hallaban en Veracruz -debido a la suspensión de pagos que ordenó Juárez-, los monarquistas mexicanos residentes en Europa, apoyados por Napoleón III, pensaron en ofrecerle al trono al Archiduque Maximiliano

Según Francisco de Paula y Arrangoiz, quienes iniciaron las negociaciones con Maximiliano fueron José Manuel Hidalgo, Gutiérrez de Estrada y Juan N. Almonte. Maximiliano escuchó la proposición y condicionó su aceptación a tres factores: que el pueblo mexicano se lo solicitara de manera oficial, que lo aprobara su hermano el emperador de Austria y que Francia apoyara el proyecto hasta su consolidación.

Mientras tanto, en México se iban dando los hechos para la implantación de la monarquía. El ejército liberal, que sostenía al presidente Juárez, había sido derrotado por las fuerzas conservadoras y francesas, y el poder ejecutivo había recaído en Juan N. Almonte, Pelagio Antonio de Labastida y Mariano Salas. Hacia julio de 1863 se instaló una Junta de Notables para decidir la forma de gobierno que adoptaría el país.

La Junta de Notables determinó que la  nación mexicana adoptaba la monarquía moderada como forma de gobierno y que se proponía a Maximiliano, archiduque de Austria, la corona del naciente imperio para él y sus descendientes. Entre tanto, el poder ejecutivo se entregaría a la Regencia del Imperio Mexicano.

Su nombramiento como emperador de México

La Comisión nombrada por la Regencia para llevar oficialmente el ofrecimiento de la corona a Maximiliano fue recibida el 3 de octubre de 1863 por el archiduque. La aceptación definitiva no ocurrió de inmediato, tuvieron que pasar algunos meses hasta que, finalmente, el 10 de abril de 1864, en el Castillo de Miramar, Maximiliano fue nombrado emperador de México.

La partida de los jóvenes emperadores -Maximiliano tenía 32 años y Carlota, su esposa, sólo 24- se fijó el 14 de abril. A fines de mayo, la fragata austriaca "Novara" llegó a Veracruz, iniciando así la aventura que, como sabemos, llevaría al archiduque a la muerte.

jueves, 16 de diciembre de 2010

La época de Santa Anna

Se conoce como la época de Santa Anna a las tres décadas que van de la consecución de la Independencia, en 1821, hasta los años de la Reforma hacia la mitad del siglo. Durante ese tiempo Antonio López de Santa fue uno de los personajes que mayor influencia tuvo en los destinos del país, lo cual no significa que haya sido el único responsable de la inestabilidad, y de la debilidad de la nación.

México, que había vivido tres siglos de relativa calma entró, nomás conseguir su Independencia de España, en un periodo de agitación política en la que fue incapaz de crear un sistema de gobierno estable. En pocos años se pasó del Imperio de Agustín de Iturbide a la República Federal y de ésta al Centralismo y luego a variantes de las dos últimas.

Michael Costeloe -en La República central en México, 1835-1846-  enlista a 16 presidentes más 33 gobernantes provisionales que hacen un total de 49 gobiernos, esto sólo en el periodo de 1824 a 1857.

Aunque hubo esfuerzos para generar un sentimiento de unidad nacional y de identidad después de la Independencia, el rasgo característico de esta época es la diversidad de intereses, políticos o económicos, es decir, el regionalismo.

La cohesión y la unidad que había conseguido el Virreinato se perdieron con la Independencia. Las diferentes regiones demandaron una forma de gobierno federal en donde se representaran sus intereses. Por otro lado, la apertura política que propició la Independencia llevó a muchos mexicanos a incursionar en esta actividad, por lo que pronto se vio a una gran cantidad de hombres, por lo general con poca experiencia, participando en la acción y el debate políticos.

En esas tres primeras décadas México enfrentó situaciones muy difíciles -guerras intestinas, conflictos con las grandes potencias europeas y con los Estados Unidos, la bancarrota, etc.- que resultarían determinantes para la posterior conformación del país.

martes, 14 de diciembre de 2010

¿Cómo nació México?

Ciertamente ésta es una pregunta cuyos límites no están bien definidos. Podríamos referirnos a México como entidad geopolítica, lo cual nos llevaría a explicar cómo, en qué momento, se formó nuestro país y quiénes lo fundaron. Pero también podríamos referirnos a la forma en que se originó la nacionalidad mexicana y cuáles son los elementos que la constituyen y que nos distinguen de los demás países. La cuestión se ha planteado de esta manera pensando en que -como mexicanos- así nos lo hemos preguntado alguna vez. 



                                     Escudo Nacional de México


México como unidad geopólitica

Si vamos a tratar sobre el surgimiento de México como entidad geopolítica debemos establecer primero a qué México nos referimos, si al de hoy -el de principios del siglo XXI-, al de hace doscientos años, cuando la guerra de Independencia, o al de hace quinientos años, cuando ocurrió la conquista del Imperio Mexica. Esto, por citar periodos en los que a este territorio, o a parte de él, se le ha conocido como México aunque oficialmente haya tenido otro nombre.

La opinión mayoritaria es que México nació hace doscientos años. En 1821, al triunfar el movimiento independentista se optó por el nombre de México en lugar del de Nueva España -Imperio Mexicano, con Iturbide, o Estados Unidos Mexicanos, a partir de 1824. Geográficamente ha variado su extensión: por breve tiempo incluyó a Centroamérica y en 1848 se perdieron los territorios de California, Texas, Nuevo México y Arizona.

Lo cierto es que México ya existía, si a partir de la Independencia retrocedemos trescientos años, hasta la victoria de Hernán Cortés, en 1521, México tuvo el nombre de Virreinato de la Nueva España y a sus habitantes se les llamaba mexicanos. Sus fronteras fueron inciertas durante mucho tiempo debido a la continua expansión hacia los territorios del norte, también, desde aquí, se controlaba  Filipinas.

Y aun antes de la llegada de los españoles ya se hablaba de México, era un importante imperio cuya capital era la ciudad de Tenochtitlán -fundada en 1325-, pero su extensión era más pequeña -básicamente el altiplano central- y acaso también imprecisa.

La nacionalidad mexicana

En cuanto a la vertiente de México como nación eso es más difícil de explicar. Exceptuando a los primeros y auténticos mexicanos -los habitantes del imperio mexica, los que vivían en Tenochtitlán y otras ciudades, los que tenían la misma religión y que tenían al náhuatl como idioma común-, ¿a partir de qué momento existió una nacionalidad mexicana?

La conquista española aglutinó, en un sólo poder político, a pueblos que no eran mexicanos, como los mayas, los tarascos o los zapotecas y a otros que ya no forman parte de México. En los tres siglos de época colonial llegaron miles de españoles y miles de esclavos negros procedentes de África. En esta complejidad poblacional surgió el criollismo -que servía para diferenciar a los españoles nacidos aquí de los llegados de España- y la mezcla de las razas, es decir, el mestizaje.

Como primera consecuencia los verdaderos mexicanos perdieron su identidad y se les denominaba simplemente "indios", término que aglutinaba a todos los indígenas de la Nueva España. Llegó entonces un momento -dentro de la época virreinal- en que el término "mexicano" identificaba a los criollos. Por lo tanto, si el criollismo representó el inicio de la mexicanidad actual, sus alcances debieron haber sido mínimos ya que tenía bases excluyentes. En el mosaico de razas y castas que era la Nueva España, los indígenas, los mestizos y los negros eran la mayoría de la población y seguramente no abrigaban ningún sentimiento de mexicanidad. David Brading -en Los orígenes del nacionalismo mexicano- apunta que en el virreinato apenas y surgió un sentimiento patriótico como antecedente de la mexicanidad.

Con la Independencia ya se tenía un país, una entidad política, pero, aunque hubo intentos, no surgió un nacionalismo que lo sustentara. Esa falta de unidad ocasionó un sinnúmero de problemas a los mexicanos del siglo XIX. Luego llegó el siglo XX y con él la Revolución Mexicana.

El triunfo del movimiento revolucionario nos llevó a la búsqueda de nuestros orígenes. Nació el indigenismo,  acudimos al pasado remoto para identificarnos con él. Surgió un nacionalismo que ha servido para que los demás pueblos de la tierra nos reconozcan. Ahora, podemos preguntarnos si realmente los mexicanos nos sentimos identificados con él.

La obra máxima de la historiografía del Porfiriato es México a través de los siglos. En el mismo título va implícita la idea de que México existe desde hace cientos de años y de que ha evolucionado. Los mexicanos de hoy así lo sentimos, pues nos creemos herederos de la riqueza cultural de grandes civilizaciones como la tolteca, la maya, la teotihuacana y la olmeca, que se remontan miles de años atrás.

Hay que aclarar que aunque hoy reclamemos tan insigne herencia cultural ha habido épocas en que hemos rechazado nuestro origen indígena y que, aún en nuestros días, la población indígena de México es víctima de la discriminación. Queda claro que en esto hay una profunda contradicción.

Responder a la pregunta de ¿cómo nació México? no es nada sencillo, sin pretender alcanzar una respuesta, seguiremos con el tema.